lunes, 27 de febrero de 2012

EL DÍA QUE AMANECÍ CONVERTIDO EN…


Esta semana leímos los libros MUTANTE de Leonor Bravo, publicado por Alfaguara Perú y ARCO DE LUNA de Txabi Armal y Susanna Widmann, publicado por Kalandraka, España. Ambos libros hablan sobre los cambios y sus múltiples posibilidades. Luego de conversar los niños escribieron sus cuentos con el tema: El día que amanecí convertido en…

El día que amanecí convertida en un colorido dragón

María Sol Cruz

7 años


Hoy día me levanté tremprano de mi cama. Me voy a ver al espejo y cuando mi cuerpo se refleja en él doy un grito que llega al otro lado del planeta. Estaba cubierta de escamas y coloridas alas que eran del tamaño del rascacielos y una cola del tamaño de un edificio. Estoy tan desesperada que rompo la ventana, salgo y me voy volando al doctor. Cuando llego rompo el techo para que me atienda. Cuando me logro sentar, el doctor se asusta tanto que llama a Control de Plagas.

Antes de que llegue Control de Plagas salgo volando. Entonces se me ocurre ir donde mi tío Carmelo, el científico. Como mi tío Carmelo ya había pasado por mi situación me pidió que trajera escamas de dragón, saliva de trol, y uñas de gato para poder ser yo de nuevo. Si no le traía estas cosas, debía irme al exilio.

Yo quería irme al exilio para no oír cuando mi mamá le canta canciones de cuna a mi hermana de tres años. Pero aparte de eso me quería quedar.

Le traje los ingredientes a mi tío, él hizo una poción, la tomé y volví a ser como era antes.


EL DÍA QUE AMANECÍ
CONVERTIDA EN UN HADA


DANIELA TAPIA GAVILANES

13 AÑOS

El día que amanecí convertida en un hada fue un día como cualquier otro, solo con una cosa en especial, era que estaba en otro planeta, bueno no era nada extraño porque cada noche de luna llena me convierto en cualquier cosa mística y viajo a otro lugar. Ahora debo encontrar como llegue aquí y como volveré a casa antes de una semana por supuesto, o sino me quedaré así para siempre.

Al día siguiente empecé mi búsqueda, primero comencé por mi derecha, para recolectar comida e información. Al cabo de unas horas pude encontrar una nave, entré silenciosamente y verifiqué que no estuviera nadie, fui al cuarto de controles para ver como se utilizaban. Cuando ya había entendido el manejo de la nave, entró alguien, me dio mucho miedo, creo que es un extraterrestre mejor voy a ver. Pack, pack, escucho pasos, mejor me escondo, pasaron unos pocos minutos y llega, es una persona. Pienso espero que vaya a la Tierra, ya han pasado tres días, y tengo mucha hambre.

El cuarto día viajamos a la Tierra, pero no se ha dado cuenta de mi presencia, espero. Lo malo es que nos demoramos tres días para llegar, durante los tres días yo me pasé en una ventana observando a la Tierra; fue un viaje largo y cansado.

Al aterrizar eran las 8 de la mañana, y me faltaban 5 kilómetros para estar en mi casa; respiré y volé hasta la ventana de mi cuarto, entré y eran las 8H13 y a las 8H14 me convertí en una chica de nuevo. Mi madre entró, inmediatamente, trayéndome el desayuno, porque era sábado y no tenía que ir al colegio.


El día que desperté convertido en un oso

Dante Cornejo

11 años

En ese momento yo aún no sabía. Bajé de mi cama, y al momento de verme al espejo me di cuenta de que me había vuelto un oso.

Así que salí corriendo de la casa; después de correr como loco por la calle mis vecinos me vieron y en ese mismo momento llamaron al Zoológico diciendo que había un oso en la calle; los del Zoológico llegaron enseguida, y me capturaron a la fuerza lanzándome diez tranquilizantes en el cuello.

Al medio día me desperté y en ese momento vi que estaba en una jaula en el zoológico de Guayllabamba, así que desesperado comencé a gruñir hasta la noche, estaba cansado de tanto gruñir en el zoológico así que me quedé dormido.

A la mañana siguiente volví a ser un niño, mágicamente, de nuevo un ser humano.

Luego de una hora llegó el conserje y me vio, él me dijo: tú eres el niño que están buscando. Cuando llegué a mi casa a la primera persona que fui a ver es a mi mami la cual estaba muy preocupada por mí, así que cuando me vio dejó de llorar y me abrazó y besó.

Después de ese momento ella estaba tan feliz que mientras yo le contaba lo que me había pasado, me hacía una rica lasaña.

Después de ese momento vivimos felices y con lasaña.