sábado, 16 de julio de 2011

MAÑANA DE HADAS


Esta semana la dedicamos a las hadas y revisamos y leímos algunos libros sobre estos maravillosos seres. El gran libro de las hadas de Denise Despeyroux, En busca de las hadas, La magia de las hadas flores de Cicely Mary Barker.
Conversamos sobre los libros que leímos y luego hicimos un ejercicio de escritura automática.

¡Es un hada!

 Alejandra Rivadeneira

 

—Mamá! Aquí hay un bicho grande y feo —gritó Cathy

Su mamá subió desesperada las gradas dispuesta a matar al bicho grande y feo, pero cuando entró en el cuarto de su hija no vio absolutamente nada.

 —Dónde esta el bicho grande y feo, Cathy? —preguntó.

—Aquí —respondió Cathy señalando al aire.

Su mamá se acercó a ella, le tocó la frente, el cuello y las mejillas.

—Fiebre! —exclamó dentro de un rato y salió corriendo a llamar al doctor.

En cuanto su mamá salió del cuarto, Cathy vio que el bicho se había escondido debajo de la cama. Se  armó de valor y una pequeña caja y se metió allí abajo. Entonces vio un hermoso resplandor. Allí, debajo de la cama, pudo ver al “bicho grande y feo”. Y llegó a  la conclusión de que no era un bicho sino un hada, pero no una, sino cientos de ellas.

Cathy, en vez de alegrarse, pensar que se haría millonaria si las vendía al museo o querer adoptarlas, solo pensó en gritar y eso fue lo que hizo. Es más, las hadas también lo hacían. 

Entonces su mamá volvió a entrar en el cuarto y cuando vio a su hija, metida bajo la cama, gritando con todas sus fuerzas, la jaló de los pies que quedaron fuera y le dijo:

—Cathy! Como se te ocurre hacer eso. ¿Meterte bajo la cama cuando estás enferma? Además eres alérgica al polvo. Quiero que te metas en la cama y no salgas de ahí.

Cathy  se metió en la cama y cuando su mamá salió del cuarto las hadas también, dispuestas a encontrar otro escondite. Cathy abrió desesperada la ventana y todas las hadas se fueron…

Y en ese momento llegó el doctor. Examinó a Cathy de pies a cabeza y no le encontró ninguna fiebre. Le dijo a su mamá que su hija no tenía nada y se fue.

La mamá de Cathy  pensó que tal vez era ella la que tenía fiebre, o se estaba volviendo loca y ya no podía ver los bichos grandes y feos.

 

 

 

 

DOS PAJARITOS

Esta semana trabajamos con el libro DOS PAJARITOS del ilustrador colombiano Dipacho. Comentamos cada una de las ilustraciones y el contenido del libro ligado al consumismo y a la adquisición de cosas innecesarias.


Dos pajaritos

 Alejandra Rivadeneira

 

—Entonces este es mi lado del  árbol y ese es el tuyo —dijo el pajarito negro
—¡Hecho! —contestó el blanco.
Un día el pajarito blanco llegó con una lámpara. Realmente él no sabía para que servía y como funcionaba, pero le gustaba. Entonces el pajarito negro fue a buscar algo más para mostrar al pajarito blanco.
Los dos, al ver que el otro pajarito podía tener más cosas que él fueron en busca de nuevos objetos. Una lavadora, un inodoro, una hamaca, y un montón de otras cosas que para un pajarito no tenían utilidad.
Además, cada pajarito quería mostrarle al otro que sabía para que se usaba cada artefacto. El pajarito negro daba vueltas en la lavadora y el pajarito blanco hacía equilibrio en un monociclo.
De repente el árbol comenzó a crujir.
—Creo que tu lavadora pesa mucho —dijo el pajarito blanco en tono de regaño
—¿Y qué me dices de tu mesa de  ping pong? —gruñó el pajarito negro.
De pronto todo el árbol se vino abajo y el pajarito negro, disimulando como si no le importara, dijo:
—Este sigue siendo mi lado del árbol…

Pero luego de unos momentos ambos entraron en llanto y después de mucho llorar ambos cayeron dormidos sobre su montón de cosas dispuestos a esperar los 150 años que tardaba en crecer el árbol.


Dos pajaritos

Valentina Poveda

Dos pajaritos estaban sentados sobre su árbol, aburridos. De repente, uno tuvo una idea. Fue volando hacia una casa y encontró un objeto extraño. Al saltar sobre una especie de piedra tenía el color del sol. Se lo llevó hasta el árbol y le dijo al otro:

-¡A que no me ganas con este mini-sol!

El otro, sin pensarlo más, salió a buscar algo mejor. Encontró algo con signos humanos y una forma parecida a la de su pico. ¡Perfecto! Lo llevó al árbol y espero a que el otro  se muriera de envidia.

En lugar de esto, salió a buscar otra cosa. ¿Y él qué esperaba?, También se fue. El uno llevó algo plano con un cordón. El otro llevó algo muy grande con muchos cordones. Bueno, si él quería competencia, la tendría. Uno llevó una de esas fuentes de agua en las que se aseaban los Domésticos., un objeto suave, un envase con líquido rojo dentro, una piedra plana y delgada, una cosa similar a una rama, un humano pequeño y estático… El otro llevó un objeto suave y largo (pudo reconocer que tenía las plumas de su tío Alberto,) una especie de omni, (objeto en movimiento no identificado,) una piedra blanca y negra, un envase en forma de tronco hueco lleno de semillas de diferentes formas, una cosa casi del tamaño del omni, una fuente de aguas turbulentas…

Nadie pudo parar a los dos pajaritos, excepto su hogar destruido. Tan grande fue el peso de cosas que las ramas del árbol se quebraron, llevando las cosas y a los dos pajaritos al piso.

Todo se rompió. Tras recuperarse un rato, los dos subieron a su árbol y se prometieron no volver a hacerlo… Aunque ni siquiera hubieran podido, pues apenas entraban ellos en la pequeña parte de rama que quedó.

  

MASCOTAS INVENTADAS

Este día en el taller leímos Maíces del silencio de María Cristina Ramos, Poesía sobre animales de Carlos Juárez y Las Grandes Mascotas de Lane Smith.

La consigna fue crear una mascota fantástica y luego una historia sobre la misma.


Clase de mascotas inventadas     

Por: Valentina Poveda

Nombre: Pollus Peludo

Color: En el Oriente turquesa, en zonas altas rojo, en zonas bajas negro, en el norte verde y en el sur multicolores.

Peso: De 35 a 45 gramos.

Estatura: De 30 a 60cm.

Hábitat: Selvas, nevados, quebradas, bajo árboles centenarios y parques con margaritas.

Características: Es una especie de pollo que no tiene plumas, tiene el olfato de un perro, se alimenta de ramas, pétalos de flores de buen olor, pelo de cabra montés y elfos que viven en las quebradas.

UNA MASCOTA VERDE

Todos los alumnos queríamos inscribirnos en ¨Proyecto Huerta¨, porque allí se siembra todo tipo de plantas y la última clase siempre hay pastel de chocolate. Por mala suerte solo quedaban dos cupos. Me inscribí a toda prisa. ¡Sí! Lo había logrado. La cuota era de quince dólares. (Cinco por el pastel y diez para las semillas.)

Quise sembrar margaritas. Al final del curso ya estaban suficientemente grandes como para cortarlas. Saqué algunas y formé un ramo con ellas. Lo llevé en mi mano hasta la casa y las iba a colocar en un florero. Pero apenas llegué, encontré un pollo peludo verde comiéndose hasta el último pétalo de mis margaritas. Me asusté, lo saqué y lo tiré por la ventana. A la hora de la cena volvió y se comió lo que quedaba, que no era más que medio pétalo. Alzó la cabeza y la movió en todas direcciones. Esta vez él saltó por la ventana y empezó a picotear las ramas de nuestro árbol. Pasó allí toda la noche.

A la mañana siguiente, lo encontré comiéndose las ramas. Si papá se enteraba de eso, me haría plantar otro y otro árbol por cada rama faltante. No, no señor. Lo saqué de allí y lo lancé con todas mis fuerzas a la casa de al lado. Oí el chillido de una señora que a su vez lanzó el pollo a la casa de al lado. En esta ocasión lo acogieron muy bien, hasta le pusieron ropa de una muñeca, aunque no parecía muy a gusto dentro de ella. Empezó a comerse las ramas de un gran árbol. Luego se comió todas las margaritas. Los mayores se enojaron, mientras un niño salía corriendo con él. Entonces comenzó a lanzar al pollo cada vez más alto, hasta que lo tiró hacia la calle. Yo lo miraba desde la ventana. Antes de caer y de ser atropellado, regresó su mirada hacia mí. Me dio mucha pena. Entonces no esperé el elevador, bajé todas las gradas de tres en tres desde el sexto piso y rápidamente lo cogí y me aparté de la calle con el pollo en brazos.

Desde entonces lo cuido, no lo dejo salir al patio y todos los años hago lo posible por entrar a ¨Proyecto Huerta¨.


¡LO ENVIÉ POR EL RETRETE!

ALEJANDRA RIVADENEIRA

 

Ese día estaba jugando a las escondidas con mis primos. Me había escondido detrás de la puerta del  baño. De pronto mi primo abrió y cerró la puerta dándome en la cara. Cuando se dio cuenta, abrió la puerta y yo pude salir. Me sentía mareada. Intenté  dar unos pasos pero caí en el inodoro. Por alguna extraña razón que aún no conozco mi hice chiquita y me fui por el WC. Recorrí algunos lugares y cuando estaba a punto de ahogarme caí en una jaula llena de aserrín. Al lado mío estaba un gran hámster (bueno yo era enana, por eso el hámster era enorme)

Salí por  entre los barrotes y  apenas toqué el piso volví a ser de mi tamaño. Entonces me di cuenta de que estaba en el sótano de la casa del vecino.

Decidí que era hora de irme de ahí, pero me había gustado tanto el hámster que decidí raptarlo.

Cuando volví a casa escondí el hámster en mi habitación pues no me dejaban tener mascotas en casa y seguí jugando con mis primos que aún no se habían ido.

Cuando cayó la noche, mis padres estaban dormidos y ya todo el mundo se había ido, abrí la jaula del hámster. De ella salió volando el hámster que me atacó mordiéndome la oreja.

Corrí hacia él con un cuchillo de plástico, pero él fue más rápido que yo, me dio una cachetada con sus patitas y salió volando. Lo busqué y cuando lo alcancé, descubrí que se había comido todo el queso de la casa. Cuando me vio salió volando otra vez.

Subió las escaleras y entró al cuarto de mi hermano, quiso morderle la nariz pero lamentablemente, esta vez yo fui más rápida que él: cogí  una gran guitarra de su colección y ataqué al hámster, dándole en la cara a mi hermano, que comenzó a sangrar por la nariz. El hámster estaba en shock y decidí que era el momento de actuar.

Corrí al baño y  cogí dos bolitas de papel y los guantes para lavar el inodoro, regresé al cuarto de mi hermano, le puse las dos bolitas de  papel en la nariz, me puse los guantes por si él antes despertaba, lo cogí, lo llevé al baño y luego lo regresé a su hogar: ¡LO ENVIÉPOR EL RETRETE!

Palabras en idiomas inventados

Esta semana leímos el libro PAMPLINAS (Henry P) de Jon Scieszka y Lane Smith. La consigna fue escribir una historia en la que los niños crearan palabras nuevas de un idioma inventado por ellos, tal como hizo Henry P en la historia.


UNA BUENA EXCUSA  

VALENTINA POVEDA

-Señor perro; usted ha llegado al quinto de seis niveles del idioma español. Es el momento de que vaya a una casa de humanos. Su destino es la casa de la familia Andrade. Por favor no haga allí mucho lío, que ya hay suficiente en aquella casa. Estará allí por un mes. Vaya a empacar sus cosas.

-¡Sí, señora Yoséalemánchinoinglésidiomaperroytambiénidio-

  magato!                       

Él empacó sus cosas rápidamente y fue directo a la casa de la familia Andrade. Pero en medio camino un policía se le acercó y le dijo:

-¡Alto! ¡Está caminando por el carril gatoypájaro y usted debería caminar por el carril perroyhámster! ¡Ahora, o paga una multa, o me dice algo realmente convincente para que lo deje pasar sin problemas!

-Verá… lo que pasó fue que iba a la casa de la familia Andrade, pero recordé que olvidé mi wauwaueta en casa de Wausina, mi wauía.

Toqué el wimbre tres veces y no me abrió nadie la puerta. Entonces la wausé y se rompió, pero pude pasar wufmente. Me di cuenta de que Wausina no estaba, pero sus wufwaunos me vieron y creyeron que quería wauwuar. Entonces se abalanzaron sobre mí y me enviaron a la waufcel sin razón. Yo escapé diciendo al wufwuafwuadia que había un incendio cerca de la waufcel. Entonces él salió wufendo, a tratar de auxiliar en el supuesto incendio. Más tarde, él volvió algo wauscado. Realmente hubo un incendio. Pero yo ya no estaba allí, porque escapé por un wauwuero que había al lado derecho de donde me encontraba. Entonces me buscó y me buscó hasta que me encontró. Yo wauí  y vine wufendo.

Pero vino una waca wufca que se escapó del wufero y me quería comer.

Entonces mi única waufida fue venir, a este carril, porque el otro estaba wufgueante y quería escapar pronto de esa waca. Por eso vine aquí. ¡Gracias por dejarme pasar! ¡Adiós!

El señor perro fue corriendo a casa de los Andrade. Allí le esperaba una enojada cara dispuesta a gritarle: ¿En dónde has estado?

ODIO LOS IDIOMAS

Alejandra Rivadeneira

 

-Hola, soy Chiqui y he venido aquí en representación de la A.O.I o sea, animales que odian los idiomas. Tenemos un pequeño gran problema: nosotros los perros, usamos palabras que en nuestro idioma no son nada ofensivas, pero en los de otros animales son las peores palabras. Bueno a veces no son malas pero combinadas con el resto de la oración tienen significados terribles, por ejemplo: el otro día regresaba a casa muy feliz cantando pieli de limón que en mi idioma significa pie. Cuando llegue a casa le dije al perico que estaba en la jaula: Hoy hay pieli de limón para cenar. Él muy enojado me contestó: primero, nosotros los pielis no tenemos sabores frutales; segundo no estoy en un horno; tercero hoy hay  bope, Esta vez el enojado fui yo. ¡Me había dicho  que de cenar había perro bobo! Yo me fui a mi casa y en mi computadora portátil con banda ancha investigué: pieli en periqués  significa perico; bope pie de limón.

¿Ahora comprende, señor representante de la WOFU? Por eso he venido a pedirle que nos permita hablar humanés.

-Primero, Chiqui, usted ya está hablando español, segundo, ya lo hicimos en el  64 y fue todo un caos. Para ese entonces yo tenía un restaurante. Los animales aún n hablaban completamente español, por esto lo combinaban con su idioma. Un día llegó un hámster al restaurante y lo atendió una de mis empleados extranjeros, un alemán exactamente. Cuando se acercó a darle la cuenta, el hámster le dijo: todo muy skarnidensen. Resulta que en alemán skarnidensen significa cretino y en hansterman,  delicioso. Desde ahí está prohibido que todos hablemos una misma lengua.

Fin

-¿Le gustó maestra?

-No, 0/20

-¿Por qué maestra?

-Porque mezclando español, hanstermán, periqués y perrumano, usted ha insultado a más de trece especies de ésta clase. Queda expulsado del colegio.

-Pero…

-Nada de peros ¡expulsado!

-¡Genial, ahora sí odio los idiomas!

FIN